Muchos de nosotros, cuando hablamos de vegetales marinos, pensamos primero en esos adornos que se nos pegan a los tobillos mientras nadamos o buceamos en el mar. Pero las plantas marinas como alimento son una de las partes más importantes de una dieta saludable. En la forma de alimentación macrobiótica, los vegetales marinos representan el 5% de la ingesta diaria de alimentos. Se ha utilizado en la alimentación durante miles de años. Representa una fuente inagotable de valiosos nutrientes, nos aporta altos niveles de minerales y oligoelementos. Algunas de estas plantas tienen entre 8 y 10 veces más calcio que los productos lácteos. Son ricas en hierro, calcio, yodo, vitaminas A, B y C, proteínas e hidratos de carbono. De esta forma, nos aportan una sangre fuerte y equilibrada.
Los vegetales marinos tienen la tarea de limpiar el agua en la que se encuentran de venenos, proporcionando un ambiente saludable para la vida en los mares. Al igual que algunos filtros grandes, utilizan sus ricos minerales para la tarea. Donde viven en los mares, el agua es limpia y llena de organismos vivos. Por supuesto, los vegetales marinos que comemos también se cosechan en esas aguas limpias. Recuerda que las algas marinas también se utilizan en tratamientos de spa, para el cuidado del rostro y del cuerpo, etc., siempre que el cuerpo necesita ser limpiado, fortalecido y embellecido y saludable.
Los vegetales marinos (wakame, kombu y algas marinas) ayudan a ablandar las fibras de los alimentos en los que se cocinan. Al añadir vegetales marinos a nuestra dieta, limpiamos nuestro sistema de toxinas que lo amenazan a diario, desde los gases de escape hasta la comida rápida.
Los vegetales marinos que se utilizan habitualmente en la dieta macrobiótica son el kombu, el wakame, el nori, el hijiki, el arame, el agar y el dulse.
Cvijeta Mesic, instructor autorizado cocina macrobiótica de Escuela de Artes Curativas, San Diego, EE.UU.
