La macrobiótica representa la sabiduría colectiva y el patrimonio universal de la humanidad, y para mí y para personas de ideas afines, representa una forma de lograr la salud espiritual y física, es decir, la armonía con la naturaleza. El espíritu macrobiótico es inseparable del servicio y ayuda a los demás y, en definitiva, a la sociedad en general.